Aunque el sueño de la mayoría de los practicantes es lograr, con esta pasantía
profesional, su primer puesto de trabajo, sólo uno de cada cinco lo logra. ¿Por
qué? Para Carla Guillen, de Michael Page, esto ocurre, más que por temas de
selección laboral, por la mala sincronización académica con estas
pasantías. Los candidatos generalmente realizan su práctica cuando están
recién egresados, lo que no permite dar continuidad al trabajo que realizan y
tienen que salir a los 2 o 3 meses para terminar ramos, proyecto final de tesis
y poder titularse. Este escenario cambiaría y el porcentaje sería mayor si el
proceso de prácticas profesionales se hiciera post titulados, así los proyectos
que inician no quedarían a la mitad, podrían generar valor y continuidad a este
ciclo, por ende habrían mayores opciones de quedarse trabajando”, explica Carla
Gillen.Y esto no solo afecta a los alumnos, que tienen que nuevamente integrarse
al mundo laboral tras terminar toda su actividad académica, lo que alarga su
período “no laboral”, sino que además afecta a las empresas “en términos que se
invierte tiempo y dinero en poder capacitarlos para que finalmente estén 2 o 3
meses, no dejan huella, no agregan mucho valor y se pierde tiempo renovando a
los estudiantes constantemente”, dice Guillen. Por eso, dicen desde Michael
Page, en países como Alemania existe un sistema de pasantías, que es un trabajo
colaborativo entre las universidades, el empleador y el estudiante, entendiendo
que parte de la economía nacional depende del futuro candidato o en Argentina,
donde el modelo permite una experiencia de alrededor de seis meses. “Las
prácticas son sin duda la mejor herramienta para completar la formación del
estudiante, sobre todo si se realizan en una empresa que valore el aporte que
puedan realizar estos, y el mismo alumno aprecie lo que le puede entregar esta
experiencia en su desarrollo profesional, como en los modelos extranjeros. Sólo
de esta forma se puede hablar de prácticas exitosas, pero solo basta con la
ausencia de uno de estos factores para que la práctica deje de ser la mejor
opción”, dice Guillén. Según la consultora en reclutamiento, un modelo
eficiente es que las prácticas laborales tuviesen una duración mínima entre
ocho a doce meses, logrando que las empresas tomen mayor valor sobre el
potencial que les pueden ofrecer los estudiantes en práctica. Aseguran que para
que esto ocurra, es necesario que los practicantes experimenten los procesos
reales de las empresas.
Fuente:http://capitalhumano.emol.com/8719/solo-uno-cinco-practicantes-se-queda-trabajando-las-empresas/
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